lunes, 20 de mayo de 2013

La Mancha de Manchalá

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El tema sigue generando polémica y en esto de ser claros en la opinión, no quiero dejar pasar la oportunidad para expresar la mía.

Es que el asunto va más allá del Monumento al Combate de Manchalá, o lo que queda de él. Tiene que ver con la raíz de la tragedia argentina que vivimos desde hace años.

Nadie cuestiona el hecho, el problema es la interpretación que se le da, el problema es como se lo presenta. El problema es que siempre nos venden una historia oficial, antes y ahora.

El combate tuvo lugar en la localidad tucumana de Manchalá, muy cerca de Famaillá. En mayo de 1975 una columna perteneciente al Ejército Revolucionario del Pueblo –ERP- se encontró con un pequeño grupo del Ejército Argentino formado por un par de sub oficiales y una decena de conscriptos pertenecientes a la Cia. de Ingenieros 5 destinados en la zona. Eran conscriptos bajo bandera, en el servicio militar, jóvenes, algunos salteños.

Es importante precisar el contexto, muchas veces soslayado. Argentina era gobernada por el Gobierno Constitucional de María Estela Martínez de Perón, quien había asumido un año antes al morir Juan Domingo Perón, presidente argentino, Gobierno en ejercicio del poder constitucional.

La circunstancia era totalmente distinta a la Cuba del dictador Batista y a la Bolivia de Barrientos, donde combatió el Che Guevara. Aquellos eran gobiernos totalmente ilegítimos. El de la Argentina del 75 era Constitucional por elección del Pueblo Argentino, soberano de hoy y de aquel entonces también.

El propio presidente Juan Domingo Perón había echado al movimiento peronista Montoneros y al ERP, grupos que habían tomado una posición distinta de su líder y presidente. Lo hizo con  la más auténtica simbología del peronismo, los expulsó de la Plaza de Mayo. Lo cierto es que tomaron una posición más radicalizada, tomando las armas para combatir al Gobierno. 

Que se interpretara que el pequeño monolito era un monumento al terrorismo de estado es totalmente disparatado y antojadizo. Conmemoraba solo el heroísmo de un puñado de conscriptos bajo bandera que defendieron su vida y cumplieron la orden, de un orden constitucional. 

La realidad es que el hecho fue exactamente al revés de la argumentación oficial parta solicitar su demolición.

Agregar que “el estado democrático no puede asignar denominaciones honoríficas, placas o menciones conmemorativas de carácter público a la represión ilegal y el quebrantamiento de la institucionalidad democrática”, es peor aún. Los conscriptos habían jurado defender la Patria y el orden constitucional y lo estaban haciendo. El Ejército estaba bajo el orden constitucional, cumpliendo orden impartidas por el Gobierno Nacional. 

En aquel momento, esa era la realidad. Estaban todas las condiciones constitucionales para dirimir posiciones en las urnas. 

La gran tragedia que vive Argentina es que nunca se reconoce aquel error histórico y se sigue reivindicando el  haber tomado las armas para imponer su ideología. No se justificaría hoy con un Gobierno Constitucional y tampoco en aquel momento. 

Ni el monumento, ni yo en este momento, estamos reivindicando el terrorismo de estado del proceso militar. En tiempos de Manchalá, estaban todas las condiciones constitucionales para dirimir posiciones e ideologías  en las urnas.

Demoler el pequeño monumento es pretender borrar aquel error histórico, que tanto cuesta reconocer.

No me siento parte de una minoría poderosa que busca preservar sus privilegios, al contrario estoy seguro de estar dentro de una inmensa mayoría que busca y desea vivir en paz.

domingo, 19 de mayo de 2013

Prohibido Estacionar

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El crecimiento sostenido del parque automotor transformó el tránsito de la ciudad de Salta en algo agobiante, y ni que hablar del estacionamiento.
Tránsito, transporte público y estacionamiento constituyen problemas que deben resolverse coordinadamente, pero este Gobierno de la Ciudad abandonó toda su responsabilidad en el transporte público y tampoco se advierte en él preocupación para mejorar el estacionamiento en el micro y macro centro de la ciudad.
Miren, la prueba de lo que acabo de afirmar es que hace unos días se subió el valor del estacionamiento medido a solicitud de los permisionarios. Este precio es una de las herramientas que debe operar el Municipio para manejar el estacionamiento, pero ahora se modifica a pedido de los cobradores del mismo. Un abandono más del Gobierno de la Ciudad de sus responsabilidades.

 
Peor aún es lo que hizo al permitir que la playa de estacionamiento del Mercado San Miguel se redujera sustancialmente al transformar parte de la misma en un mercado de pulgas y le quitaran su ventilación natural.

O no lo ve o no se interesa, fíjense que a su propio edificio -el Centro Cívico Municipal- le está por sacar el 20 % de su playa de estacionamiento para construir un teatro, cuando la necesidad es cada día mayor. Todos los días la misma colapsa y los vecinos terminan estacionando en los alrededores para hacer un trámite. Una prueba más de que este Gobierno de la Ciudad, de estacionamiento, hace nada y resta.

Una cosa es tratar de ordenar con carteles y cámaras filmadoras para multar a los infractores y otra muy distinta es implementar una verdadera política pública municipal para que los salteños tengamos más y mejores posibilidades de estacionar.

Hoy, hasta los vehículos oficiales municipales sufren esta pobreza del Gobierno de la Ciudad y estacionan donde pueden, aunque esté prohibido.
 La planificación es una herramienta extraordinaria, si se la emplea con visión y profesionalidad, y desde ella se pueden ir estableciendo condiciones para solucionar el problema del estacionamiento. En esto el Gobierno de la Ciudad ya lleva doce años de atraso, pero podemos revertirlo.

 
Le propongo al Municipio una verdadera Política Pública Municipal de corto, mediano y largo plazo para solucionar este problema, implementando las siguientes acciones:

1.- Estímulo para la habilitación de playas exclusivas de bicicletas y motos en el micro centro con diferentes servicios (guarda, alquiler, reparación, lavado, venta de repuestos y accesorios especializados), orientando en el diseño e imagen de las mismas. La bici tiene que ser una realidad en el micro y macro centro de Salta.

2.- Estudio de factibilidad y llamado a la inversión privada para la construcción de playas de estacionamientos subterráneas bajo las plazas Güemes y Francia.

3.- Incentivar la construcción de playas de estacionamiento privadas en el macro centro, creando planes de promoción y asistencia financiera, por ejemplo para la pavimentación de las mismas.

4.- Aumentar las cocheras propias requeridas por la reglamentación vigente en la construcción de nuevos edificios del macro centro y más aún en el micro centro.

5.- Estimular la construcción de edificios de estacionamiento en el macro centro, fijando condiciones constructivas más adecuadas en el código de edificación y bajando a cero los derechos de construcción.

6.- No habilitar más edificios educacionales en el micro y macro centro e establecer un programa de re-localización de aquellas instituciones que no son titulares de los inmuebles en donde funcionan. Esto también tiene una incidencia directa en el tránsito.

7.- Una vez que se vayan alcanzando objetivos planteados, fijar una zona diferenciada en el micro centro con una tarifa mayor para desalentar el ingreso al mismo.

Tenemos que poder estacionar más y en mejores condiciones para el tránsito, la propuesta está hecha y el compromiso asumido de trabajar en ella.

viernes, 17 de mayo de 2013

Lejos de la gente

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La noticia tuvo poca repercusión en los medios de comunicación, quizás porque fue tapada por el bochorno protagonizado por los concejales oficialistas al esconderse y no tratar, de frente a los vecinos, la ordenanza ad referéndum presentada por el Intendente que modificaba el uso de suelo de un sector de 40 ha en San Luis.

Ese mismo día se intentó el desalojo, a través de una orden judicial, de Atlético Beisbol Club del predio que usufructúan desde hace 21 años en Chachapoyas. El mismo fue resistido por los socios y sus familias que concurrieron rápidamente al club y evitaron que un oficial de Justicia tomara posesión del mismo.

Ambos acontecimientos son un acto más del conflicto permanente que se presenta por el uso del suelo y su propiedad. Aunque parecieran ser totalmente diferentes, en ellos se advierte un mismo estilo de gestión, el de un gobierno local alejado de la gente.

El caso de Atlético en Chachapoyas es un conflicto que no puede resolverse solamente ajustado a derecho. Los tiempos han cambiado y en él se debe analizar a fondo la responsabilidad social de Refinor S.A., propietario del predio.

A principio de los noventa YPF, en ese entonces del estado nacional, le cede en comodato al Atlético Beisbol Club una pequeña fracción de 2,5 ha dentro del predio de Chachapoyas. 

Luego YPF fue “privatizado” por el gobierno justicialista de Menem. En el predio de 42 ha funcionaba la Planta de Almacenamientos y Despacho de Combustibles de YPF la cual, era evidente ya en ese momento, que debía ser desactivada por su cercanía con la ciudad que crecía a pasos agigantados.

Refinor S.A. se benefició en un primer momento al adquirir un predio industrial que inevitablemente, y en poco tiempo, se transformaría en uno de alto valor urbano.

La planta se desactivó como era previsible casi inmediatamente y Refinor S.A., después de muchos años, comenzó su desmantelamiento. 
Una vez más se benefició con la expropiación de 5 ha para la prolongación de la avenida Virrey Toledo hasta la rotonda distribuidora del acceso norte. Beneficiado porque al precio que obtuvieron por la expropiación sumaron, una vez más, el mayor valor urbano que su predio adquiría al ser atravesado por una avenida iluminada y con una accesibilidad envidiable.

La Municipalidad de Salta debería haber exigido, ya hace tiempo, un plan de abandono del predio a Refinor S.A.  Es lo establecido en la Ley de Protección del Medio Ambiente cuando se finaliza una actividad industrial. Se deben analizar los pasivos ambientales y la forma de remediarlos. Es casi una obviedad decir que también tendrían que haber hecho un análisis de los “pasivos sociales”, es decir, qué hacer con Atlético si querían cambiar el destino de todo el predio para un desarrollo inmobiliario. 

Lo ridículo sería permitir que se desaloje al club y luego la Municipalidad le pida a Refinor S.A. un Estudio de Impacto Ambiental y Social para el nuevo desarrollo inmobiliario. Ya no estaría en el estudio el impacto tan negativo que representa el desalojo de un club de beisbol de niños y jóvenes; muerto el perro se acabó la rabia, en el decir popular.

Las dos posibilidades, la de quedarse en el predio o la de mudarse a otro, tienen alternativas para analizar, pero en todos los casos Refinor S.A. debe asumir su responsabilidad social, la de resarcir a la comunidad de un club que trabajó muchos años y con mucho esfuerzo para construir sus canchas, su pileta, su quincho y todas sus instalaciones para la práctica de deporte de sus hijos. 

Desde hace seis años, Refinor S.A. busca concretar el desalojo de Atlético por distintos medios, pero nunca asumiendo su responsabilidad social en el tema. Digámoslo más claro, buscando una solución a costo cero, cuando los que no deben poner un peso son precisamente los damnificados, la comunidad del Atlético Beisbol Club.

El Concejo Deliberante de la Ciudad tiene herramientas legislativas para aportar en la solución, el Gobierno de la Ciudad también debe involucrarse y no hacer la plancha, con gestión y con su poder de negociación.

En el caso de San Luis, el bloque de concejales oficialista abandonó su obligación de legislar en materia de planeamiento urbano. No cumplieron con sus deberes de funcionarios públicos. Se perdió la oportunidad de debatir seriamente y con fundamentos sobre un proyecto, que había cumplido las instancias establecidas para su  presentación, pero que por ello solo, no reunía todos los pasos establecidos en la Carta Municipal para su aprobación y puesta en vigencia.

En este caso no se identificó con precisión la necesidad de la producción salteña de contar con área de apoyo logístico en las cercanías del aeropuerto. No se analizó la superficie necesaria para ello. No se presentaron localizaciones alternativas al área prevista. Se debería haber acotado, con más detalle, en el texto de la ordenanza las nuevas actividades que se buscaba permitir. 

Cuando se legisla se debe tener en cuenta el interés general, de esto no caben dudas, pero también se debe mirar con detenimiento y analizar los efectos negativos que se producen con ello. Esto es fundamental en materia de planeamiento urbano, más aún cuando se estaba legislando sobre un área rural que progresivamente tiende, en forma natural, a ser urbana.

Si para aprobar el proyecto del acueducto sur de la ciudad, que pasaba por San Luis, hubo que hacer un Estudio de Impacto Ambiental y Social, incluida una audiencia pública, es hora que al momento de legislar en materia de uso de suelo dentro del Municipio implementemos mecanismos de mayor participación de la gente.

El caso es que tuvimos dos acontecimientos que exigen que el Concejo Deliberante asuma su responsabilidad de legislar, de estudiar cada problema, de trabajar con los interesados, de alcanzar soluciones ingeniosas que contemplen todos los intereses en juego, pero que fundamentalmente lo hagan  más cerca y de frente a la gente.



miércoles, 15 de mayo de 2013

Defensor del Pueblo de la Ciudad de Salta

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El impuestazo municipal golpeó duro en el bolsillo de muchos vecinos de Salta y lo cierto es que – como dice el refrán - aún queda mucha tela que cortar y muchas conductas que analizar, como es el caso de la que le cupo al Defensor del Pueblo de la Ciudad de Salta.

La figura de la Defensoría del Pueblo está constituida por la Ordenanza N° 14.501 para “…la protección y defensa de los derechos e intereses legítimos, individuales y colectivos de los habitantes de la ciudad de Salta…” con la atribución de "… Intervenir de oficio…, del modo más inmediato y por el medio más idóneo posible, para emprender cualquier investigación conducente al esclarecimiento de actos o hechos de la Administración Pública Municipal…, que impliquen el ejercicio ilegítimo, defectuoso, irregular, arbitrario, discriminatorio, negligente, o gravemente inconveniente o inoportuno de sus funciones…”. Es un “alto comisionado del Concejo Deliberante… y actúa de acuerdo a su criterio….”  y  “dará cuenta de su gestión al Concejo Deliberante”. 

Recuerdo una acción destacada del mismo ante el aumento de la tarifa del gas natural cuando el gobierno nacional decidió retirar los subsidios que la misma gozaba.

Desde aquel momento, año 2008, la Defensoría desplegó una gran campaña en los medios y presentaciones legales en el ámbito de la justicia federal. Fue una gran actuación, ante un aumento del 350% del gas que afectaba los hogares salteños. Fue un trabajo para el conjunto de la sociedad y sobre la cuestión de fondo, meritorio por cierto. 

En aquella oportunidad, algunas de las opiniones y conceptos del Defensor del Pueblo de la Ciudad de Salta fueron:

 “El decreto del Poder Ejecutivo que aumentó un 350% el gas es inconstitucional porque no tiene facultades para establecer impuestos por decretos, debe ser fijado vía Parlamento”

“No debe pagarse porque tenemos un fallo que hizo lugar a nuestra presentación”

 “Con el presupuesto 2012 se pretende blanquear el impuestazo”

“El último aumento es para todo el país pero a nosotros nos pega especialmente porque algún ´cráneo` de Bs. As. zonificó Argentina sin ningún criterio”

“La equidad con la que plantearon esto es la de la ignorancia” 

“Esto es puro manejo de caja”

Para muchos podrían ser hoy muy adecuadas ante el impuestazo municipal, pero no las escuchamos de “nuestro” Defensor. Seguramente, de acuerdo a su criterio, no eran pertinentes en esta oportunidad. Aumento de la unidad tributaria, aumento de los mínimos de cada zona con diferentes porcentajes sin explicar cuál fue el criterio adoptado, recategorización de más de 7.000 inmuebles realizadas por el ejecutivo municipal y adopción de una zonificación determinada por una ordenanza inexistente, produjeron un impuestazo que varió entre el 100% y el 1100%. Esto no mereció ni siquiera la caracterización de “acto de la Administración Pública Municipal defectuoso e inoportuno” de parte de “nuestro” Defensor.

La respuesta que recibieron muchas vecinas y vecinos  que se acercaron hasta las oficinas de “nuestro” Defensor a protestar por el aumento fue: “El aumento está bien, pero trataremos de conseguirle una condonación o un subsidio”. Muy diferente de la dada ante el aumento del gas. Acciones totalmente diferentes. Perdonen mi falta de información, pero no recuerdo otra actuación de importancia del Defensor del Pueblo como en la del gas natural en donde la Administración Nacional era la mala de la película y no había ningún tipo de compromiso, pero en esta oportunidad es evidente que no actuó como “nuestro” Defensor.

En esta oportunidad su desempeño fue deplorable y evidente: lo nombra el Concejo Deliberante; su presupuesto se lo aprueba el Concejo Deliberante y le rinde al Concejo Deliberante… huelga el comentario.

El sistema así no funciona, quedó demostrado. El Defensor del Pueblo debe ser nombrado por el Pueblo, su presupuesto debe ser garantizado por el Municipio y es el Pueblo quien debe decidir nuevamente si aprueba su actuación o si deposita su confianza en otra persona.

Para ser políticamente actual, la designación del Defensor del Pueblo de la Ciudad de Salta debe ser democratizada y evitar que sigamos teniendo actuaciones patéticas.  


martes, 14 de mayo de 2013

Con ánimo de provocar…

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Hace un tiempo que escribo con ánimo de provocar…de provocar el debate sobre los temas que tienen que ver con la vida diaria de nuestra ciudad, a la que todos queremos y deseamos esté cada día más linda y más amigable.
Creo que el debate enriquece, que nos hace involucrar en eso de ir dándole la forma y el estilo que queremos para nuestra Salta.  Como un alfarero de los valles cuando moldea con sus manos la cerámica, cada opinión que damos, cada vez que nos involucramos en un tema del barrio o que participamos en una institución, cada vez que votamos, nos transformamos en autores de la Ciudad de Salta. 
No todos estamos en las decisiones, pero si somos responsables, por hacer o por dejar hacer.
Escribí y hablé de nuestro Defensor del Pueblo, sobre un hecho concreto que marcó claramente la necesidad de democratizar, en serio, su designación. 
Escribí y hablé sobre el nombramiento de los miembros del Tribunal de Cuentas Municipal, quienes deben controlar los dineros de los contribuyentes, que requiere un nuevo mecanismo de designación que nos garantice a los ciudadanos que sean verdaderamente externos e independientes del gobierno de turno.
Escribí y hablé sobre la falta de responsabilidad social de Refinor S.A. al pretender desalojar al Atléticos Beisbol Club de su predio en Chachapoyas y de la plancha del Gobierno de la Ciudad, quien no acompaña a la comunidad del club en su negociación con Refinor.
Escribí y hablé acerca de Manchalá, de la oportunidad que perdimos al destruir este pequeño monumento que simbolizaba lo que nunca más queremos vivir en Argentina. La violencia en la lucha de ideologías.
Escribí y hablé del estilo que muestra este Gobierno municipal y su bloque de concejales, tan lejano de la gente y su opinión, como fue el caso de San Luis.
El caso es que cada vez que escribí o hablé, quien se sintió aludido trató de descalificar mi opinión diciendo: “José Gauffin quiere ser candidato”, “Es fácil hablar cuando no tenés responsabilidades sobre tus espaldas”, “Quiere ser candidato a concejal” o “Es fácil hablar desde afuera”. ¡Que pobres respuestas!
Planteo un debate de ideas, una discusión sobre valores, aspiro a que fijemos posiciones. Busco que, desde la honestidad intelectual, se pueda construir un diálogo y un trabajo para que tengamos una Salta mejor. Que seamos respetuosos y honestos con los vecinos y se den opiniones claras. Que no haya doble discurso, o inentendibles como escuchamos a diario, que un día se dice una cosa y al otro se huye para no debatir.
Pues bien, para despejar dudas, para no dar motivo a no hablar sobre el tema planteado, para que no se vayan por la tangente y nos centremos en lo que la gente quiere realmente. Lo voy a decir con claridad:

Sí, quiero ser candidato a concejal de la Ciudad de Salta. 

Sí, quiero volver al Concejo de Deliberante para impulsar su crecimiento como institución, que se transforme en una verdadera caja de resonancia de los vecinos, ampliando los mecanismos y posibilidades de su participación.

Sí,  quiero ser concejal de Salta para aportar a la iniciativa legislativa que debe tener el Concejo Deliberante, abandonada por los bloques oficialistas.

Sí, quiero ser concejal de Salta para contribuir a que los salteños dejemos de esperar lo mejor, que cada año nos dicen “está por venir” y estar cerca de la gente y sus problemas.

Sí, quiero ser concejal de la ciudad para ayudar a fortalecer su decaída responsabilidad de control de la gestión municipal y de los fondos de los contribuyentes, establecido en la Carta Municipal.

Sí, quiero, para que comencemos a hablar de seguridad que nos preocupa, del tránsito que nos agobia, de planificar las obras que necesitamos, optimizado sus costos, de transparencia en verdad, de calidad institucional y de identidad propia.

Sí, quiero, porque sé que la sustentabilidad de una ciudad tiene que dejar de ser un discurso y transformarse en un compromiso diario para con nuestras próximas generaciones.

Sí, quiero ser concejal porque tengo espalda y experiencia para hablar desde adentro y para asumir la responsabilidad, sin que me pese ni me exceda. 

Sí, quiero, dejemos de lado esto por ahora…y discutamos ideas para Salta.

lunes, 13 de mayo de 2013

La ex…

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No hay cosa más denigrante para una mujer que después de una separación matrimonial, dolorosa y difícil siempre, la sigan identificado como la “ex”. A la situación traumática vivida le sigue sumando un estigma, casi una negación a su identidad y su propia valía.
El festejo del Bicentenario merecía algo más que una polémica inútil, algo más que un acto reñido con la voluntad de sus moradores…algo más que ser la Avenida ex....
El Bicentenario de la Batalla de Salta merecía muchísimo más que una avenida re bautizada, ni reciclada siquiera, mucho más que una cartelería timorata y de ex.



Como no había para presentar una obra pública municipal, digna del festejo de un Bicentenario, el Intendente y su bloque oficial de Concejales se propusieron distraer con fuegos de artificios, dando una “batalla” deslucida e innecesaria, cambiando el nombre a la avenida Virrey Toledo.
Lo cierto es que, mucho más importante, y hasta ubicado geográficamente, hubiera sido distinguir al  Acceso Norte de la Ciudad con el nombre de Bicentenario de la Batalla de Salta. Seguramente con el tiempo, y el acto reflejo de abreviar que todos tenemos, sería el Acceso del Bicentenario.
Se podría haber construido también la  Plaza del Bicentenario, en el alto del  acceso que domina la ciudad donde, con un conjunto escultórico que recuerde la entrada del Ejército de Belgrano al Campo de Castañares, la Ciudad hubiera homenajeado a los héroes de aquel día en un ambiente propio de la circunstancia, lejos de la disputa que divide y sin la condición de ex. 
Oiga, que sabíamos que llegaría el festejo por lo que el Gobierno de la Ciudad podría haber planeado y preparado todo adecuadamente, con la seriedad que el acontecimiento requería.
En esto de poder expresarse cabe la frase tal concluyente de: “una imagen vale más que mil palabras”.  Y comparando dos…dígalo usted.



La Av. Batalla de Salta de Ciudad del Milagro también merecía cartelería nueva en el festejo de su Bicentenario.
Pero las metidas de pata se pueden corregir con buena voluntad y con  grandeza. 
Queda hecha la propuesta y el compromiso de trabajar por ellas.

viernes, 10 de mayo de 2013

Primera función del teatro

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Reconozco que la noticia me sorprendió, más aun cuando advertí que ya tienen el proyecto para el llamado a licitación. “Salta tendrá un espacio para producciones artísticas independientes en el predio del CCM” (Centro Cívico Municipal). Para que el lector se ubique perfectamente, se proyecta construir el Teatro Cubo, tal es el nombre que se le da por su concepto de diseño, en el sector sur de la actual playa de estacionamiento del Centro Cívico Municipal.

Permítanme, para que no queden dudas sobre mi particular valoración de las producciones artísticas y en particular del teatro, escribir primeramente unas líneas en este sentido.

Todos sabemos perfectamente que es una actividad artística a través de la cual se expresan pensamientos, ideas y sentimientos. Es una expresión fascinante que se completa y se revive en cada función. Hacer teatro permite también conocer a fondo nuestro cuerpo, fortalecer la memoria y afianzar la dicción y la voz, produciendo un crecimiento individual indiscutido. Vaya si no es importante incentivar la práctica y la generación de producciones artísticas en el ámbito del teatro. Vaya si no es importante poder concretar un ámbito más para esto, especialmente para nuestros niños, jóvenes y adultos mayores, adquiriendo un valor educativo y terapéutico único. Coincido totalmente con lo que seguramente es el objetivo del Instituto Nacional de Teatro, quien financia mayoritariamente la construcción del teatro. Es una política pública nacional que para ser realmente exitosa en todo el país debe ser adecuada a las características de cada lugar, a la realidad local como se dice normalmente.

Ahora permítanme cuestionar seriamente su implementación en Salta y particularmente el lugar donde se piensa construirlo.

Algunos  de los argumentos que trascendieron exaltando su localización en la playa de estacionamiento del Centro Cívico son que se lleva el teatro al sur de la ciudad, que es un lugar seguro e iluminado. Pues en realidad es solo el sur del macro centro, seguimos concentrando actividades en el centro de la ciudad, congestionado su tránsito y comprometiendo cada vez más su infraestructura y no le damos vida propia a otros sectores de la ciudad. 

Deberíamos iluminar verdaderamente otros sectores de la ciudad,  en este caso con una actividad tan buena como la del teatro, porque no solo se trata de encender foquitos para esto. El sur lo necesita y también sus jóvenes. Hay sobrados lugares, sobre las grandes avenidas del sur -Monseñor Tavella, Ex Combatientes de Malvinas e Ing. Mario Banchik- como para localizar el Teatro Cubo. Es solo cuestión de hacer una eficiente y rápida gestión. Constituiría una verdadera acción de transformación urbana, revalorizando el potencial creativo y artístico de sus habitantes.

Peor aún si analizamos la función específica y el uso que tiene actualmente la playa de estacionamiento del CCM, que colapsa todas las mañanas. No es cierto que es un sector poco usado. Sacarle definitivamente el 15 % de su capacidad para construir el Teatro Cubo es no mirar más allá de sus propias narices.

Se trata de un criterio simplista, que no entiende ni valora las características de un centro cívico en permanente crecimiento por su propia actividad. Ya se hicieron ampliaciones sobre el sector del Tribunal de Faltas y actualmente se está construyendo una Sala de Control de Tránsito. El CCM siempre estará creciendo y siempre deberá atenderse particularmente la comodidad del acceso y estacionamiento de los que trabajan en él y los vecinos que diariamente concurren a realizar trámites.

Quitarle tamaño espacio al estacionamiento, poniendo una actividad ajena, es un criterio propio de quien no tiene una visión holística de cómo “vive y se desarrolla” un edificio como el CCM en el tiempo. Evidentemente por ahora solo prevalece un criterio oportunista y financiero, sin pensar en la gente.

Finalmente quiero como salteño cuestionar algo que permanentemente nos sucede y que constituye casi una tragedia digna de ser producida y puesta en escena en el mismo Teatro Cubo. Siempre nos imponen el paquete atado. Se dice que así es la operatoria, que el proyecto viene sujeto al financiamiento. Para los que defendemos realmente la producción y el trabajo salteño, entendemos que en ello también está el conocimiento, la capacidad y la calidad de nuestros profesionales, de la arquitectura en este caso particular. Llama la atención la falta de defensa de lo nuestro.

Hay que construir el Teatro Cubo, pero todo y todos, merecen un poco más de esfuerzo y gestión de los funcionarios municipales.

Hay que atreverse a pensar una ciudad mejor para todos los salteños.



¿Cómo puede entrar un Teatro en la playa de 
estacionamiento del CCM? Colapsa todos los días. 

jueves, 9 de mayo de 2013

Copié y pegué

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La vida siempre nos regala la oportunidad de buenos momentos, de esos que se disfrutan enormemente y dejan un recuerdo difícil de olvidar.  Compartir una cena, junto a pocas personas hace unos días, con BERNARDO KLIKSBERG fue uno de ellos. Remarco lo de pocas personas sólo porque la oportunidad de intercambiar opiniones, preguntar y repreguntar es mucho mayor que en una conferencia y se disfruta a pleno de su sapiencia.
Unos días después  surgió la noticia del intento de desalojo, a través de una orden judicial, de Atlético Béisbol Club del predio que usufructúan desde hace 21 años en Chachapoyas. El mismo fue resistido por los socios y sus familias que concurrieron rápidamente al club y evitaron que un Oficial de Justicia tomara posesión del mismo. Este es un conflicto que no puede resolverse solamente ajustado a derecho. Los tiempos han cambiado y en él se debe analizar a fondo la Responsabilidad Social de Refinor S.A., propietario del predio, y llegar a una solución a través de un proceso de mediación o negociación.
¿Coincidencia?, no creo. Son demasiadas las situaciones que se presentan a diario en nuestra ciudad, lo cierto es que la situación de Atlético Béisbol Club me recordó conceptos vertidos por BERNARDO KLIKSBERG, un apasionado por la difusión de la responsabilidad social empresaria, incuestionable referente mundial en la materia.
A principio de los noventa, YPF -en ese entonces del estado nacional- le cedió en comodato al Atlético Béisbol Club una parcela dentro del predio de Chachapoyas, donde funcionaba una Planta de Almacenamientos y Despacho de Combustibles. Era evidente ya en ese momento, que la misma debía ser desactivada por su cercanía con la ciudad.
Refinor S.A. se benefició en un primer momento al adquirir un predio industrial que inevitablemente se transformaría en uno de alto valor urbano. Una vez más se favoreció con la expropiación, años después, de una parte pequeña para la prolongación de la avenida Virrey Toledo hasta la rotonda distribuidora del acceso norte. Beneficiado doblemente porque al precio que obtuvieron por la expropiación sumaron el mayor valor urbano que su propiedad adquirió al haberse construido, a lo largo de toda su extensión, una avenida hermosa, muy bien iluminada y con una accesibilidad envidiable.
Hoy es el predio de mayor extensión- 40 ha- y de más alto valor inmobiliario de la ciudad de Salta. Desarrollarlo implicará una facturación varias…varias, pero varias veces millonaria… en dólares.

El tema de la Responsabilidad Social Empresaria despierta aprobaciones y adhesiones, pero también muchísimo escepticismo.

- Discúlpeme Bernardo, imagino que ya le habrán preguntado lo mismo, pero lo cierto es que muchos, entre ellos mi hermano que es colega suyo, tienen cierto escepticismo con el tema. Piensan que la gran mayoría de las empresas adoptan el tema como una cuestión de marketing. Me pidió que se lo preguntara, ¿cuál es su opinión al respecto?

- Mire José, no interesa tanto con qué espíritu una empresa comienza a adoptar políticas de responsabilidad social, lo importante es que en ese camino transforme su intención, que vaya sumando conceptos, que vaya compartiendo vivencias, que vaya asumiendo en definitiva un compromiso real con esa responsabilidad social que necesitamos. De a poco iremos ganando terreno y empresas más responsables.

Una respuesta que muestra realismo, convencimiento y esperanza, que muestra al KLIKSBERG incansable.

Desde hace seis años Refinor S.A. busca concretar el desalojo de Atlético por distintos medios, pero nunca asumiendo su responsabilidad en el tema. Digámoslo más claro, buscando una solución a costo cero. Se impone también analizar la actuación del Gobierno Provincial que durante ese tiempo le adjudicó al Club un predio en comodato y tiempo después se lo desadjudicó sin mayores explicaciones. Peor aún la actuación de un Gobierno de la Ciudad que mira al costado, que no se involucra, que hace la plancha, que no acompaña al club con su poder de negociación ante Refinor S.A.
Este caso es una oportunidad única para entender “que la Responsabilidad Social Empresaria es la forma de gestión definida por la relación ética y transparente de la empresa con todas las partes con las cuales se relaciona”.
Hay que tomar “…conciencia de la Responsabilidad Social que tenemos desde nuestro lugar en la sociedad. Definir nuestros principios éticos, nuestros lineamientos de conductas, nuestros proyectos hacia la comunidad, concientizarnos que las empresas son Socialmente Responsable porque lo son todas y cada una de las personas que forman parte de ellas…”
La implementación de políticas de responsabilidad social “…acercan a las empresas la problemática social de su entorno, elaborando y concretando proyectos sustentables en el tiempo. Encuentra un espacio en ellas, para crecer como mejores personas".
Hay que detenerse por un momento en la comunidad del club formada por las familias de los niños y jóvenes que integran los equipos del club, esta al igual que una empresa con responsabilidad social, son “…un equipo comprometido que ofrece su tiempo y capacidades para colaborar con el desarrollo social y llevar esperanzas de mayor igualdad de oportunidades”

A esta altura del escrito el lector pensará  que los conceptos remarcados en los párrafos anteriores son extractados de alguna de las excelentes publicaciones de BERNARDO KLIKSBERG en la materia, pues la verdad es que no.  Solo copié y pegué de la página web oficial de Refinor S.A., conceptos escritos en primera persona, en su apartado de Responsabilidad Social Empresaria musicalizado exquisitamente por aquel tema inolvidable de Vángelis de la película Carrozas de Fuego, que invita al esfuerzo y la superación.

Los argumentos irrefutables para resolver el conflicto, ajustado a responsabilidad social, están en la misma página oficial de Refinor S.A. donde expone la política de la empresa en la materia.

Es la oportunidad de coronar la tarea de tantos como BERNARDO KLIKSBERG, que confían y trabajan por una sociedad más justa.

“La firma del Pacto Global, referente mundial en cuanto a conducta empresaria, nos coloca ante un nuevo desafío: aprender a medir y comunicar la creación del valor que somos capaces de generar: valor comunitario, valor social y valor ambiental…” Sigo copiando y pegando de la misma fuente.

Esta es la oportunidad para que Atlético Béisbol Club se transforme en uno más de los “…proyectos educativos, recreativos y culturales, que son impulsados por nuestros voluntarios que trabajan comprometidamente junto con la comunidad”. También copié y pegué… quiero, deseo y ansío que solo yo lo haya hecho.